Históricamente la educación ha sido un proceso de
actuación intencional sobre miembros de una comunidad humana, principalmente
sobre los más jóvenes, con el propósito de desarrollar su personalidad,
capacitarlos para el trabajo y adaptarlos a la vida social. Es un proceso que
acompaña a las sociedades concretas durante toda su evolución y que, de alguna
manera, refleja las cambiantes estructuras de dichas organizaciones, sus
contradicciones y problemas, su crecimiento y diversificación constantes. El
proceso de evolución social, particularmente seguido por las fuerzas
productivas, la ciencia, la tecnología y en general la cultura, ha conducido a
la prolongación progresiva del tiempo que cada individuo debe estar dentro del
sistema educativo.
Las universidades, como centros superiores,
permanentes y amplios de aprendizaje para jóvenes y adultos, nacen en Europa y
se desarrollan institucionalmente durante la Edad Media, principalmente como
respuesta a la necesidad de la Iglesia y la aristocracia, los cuales eran los
sectores dominantes de la época encargados de preparar eclesiásticos, juristas
y médicos destinados a satisfacer lo que se decía, las “tres exigencias
elementales del hombre y la sociedad¨ las cuales para la época radicaban
en el conocimiento del ser supremo, el
anhelo de justicia y el requerimiento de la salud corporal.
La
palabra “Universidad” proviene del término Latino Universitas que significa
conjunto completo de elementos (personas, objetos o ideas) integrantes de una
colectividad o totalidad cualquiera.
Es
importante destacar, que como consecuencia del auge petrolero de la década de
los años cincuenta la educación en Venezuela no era considerada como una
prioridad para el gobierno, debido a que para la época las necesidades de mano
de obra calificada eran solucionadas con la inmigración europea de empleados
técnicos y profesionales. Cabe señalar que para 1950, en Venezuela existían
únicamente 3 universidades, la Central, la de los Andes y la del Zulia, debido
a que en el periodo de dictadura los estudiantes universitarios eran los
principales opositores del gobierno.
Por
otra parte, con el levantamiento de la democracia en 1958, nace la autonomía
del sector universitario, y el auge de las mismas, además, del aumento de la
renta petrolera y de la implantación del modelo de sustitución de
importaciones, el cual permitió un rápido crecimiento de las instituciones que
impartían la educación superior.
Con el
pasar del tiempo la matricula en la educación superior fue incrementándose y
este auge vino acompañado, por la
inserción de la mujer en este sector durante las últimas tres décadas, sobre
todo en áreas de conocimiento que antes eran dominadas por el hombre, entre las
cuales destacan, las Ciencias sociales, Las Ciencias de la Educación, aunque en
menor medida también destaca la incorporación de la mujer en el área de
ingeniería, arquitectura y Tecnología. Por consiguiente, la mujer venezolana ha
incrementado de manera notable su participación en el mercado laboral, ello se
debe por un lado, al aumento de la necesidad que ha tenido la mujer de obtener
ingresos adicionales para el mantenimiento de su hogar, o colaboración al
mismo, y por el otro al incremento del número de hogares donde la madre es la
jefe del mismo.
La evolución de la educación en Venezuela ha tenido sus efectos
positivos y negativos, pero dicho comportamiento no es de extrañarse si
recordamos que los cambios en el sistema educativo venezolano han sido muy
lentos, y aunado a esto a través de nuestra historia contemporánea hemos
experimentado cambios dramáticos en el crecimiento poblacional, en la
tecnología, y la economía en general, por lo tanto, no es de extrañarse los
efectos observados en las tasas matriculares de los diferentes niveles educativos,
las cuales se deben fundamentalmente a una serie de ineficiencias que se han
hecho más evidentes con la actual crisis económica por la cual atraviesa el
país, además, de la disminución de los recursos económicos que antes hacían
posible disimular tales ineficiencias, entre las cuales destacan: la falta de
capacitación docente en los diferentes niveles educativos, la baja calidad de
los servicios que ofrecen las instituciones públicas, entre otras.
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